Economía, Ética y Ambiente (En un mundo finito)
Autor: Horacio Fazio
La siguiente es la introducción al libre “Economía, Ética y Ambiente (En un mundo finito)”, de horacio Fazio. Mas información del libro luego de la introducción.
La presente obra está basada en la tesis de doctorado en Filosofía del autor (Lic. en Economía y Dr. en Filosofía, UBA, 1971 y 2005), finalizada en 2004 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeñaba por entonces como Profesor Titular Nacional del Seminario de “Ética y Economía” de la Maestría de Ética Aplicada. El título original de la investigación es “Racionalidad económica y ambiente: medios, fines y tiempo” y su contenido ha sido revisado, actualizado y ampliado, según el caso.
Ciudad de Buenos Aires, verano de 2012.
Cualquiera sea el accionar económico humano, sus efectos -tarde o temprano- modifican el ambiente y tienen consecuencias que no son neutrales desde el punto de vista ético, tanto al interior de las generaciones presentes –intrageneracional- como respecto a las futuras generaciones -intergeneracional-. Nos proponemos analizar esta cuestión desde el cruce epistemológico de la economía, la ética y el ambiente, entendido este último en su más amplio sentido: desde el medio físico que posibilita la vida, hasta el que nos proporciona los recursos (materia y energía) para satisfacer las necesidades y deseos humanos, sirviendo por último como depositario de los residuos y contaminantes como producto de la actividad humana. En este sentido, el ambiente podría considerarse como la Naturaleza o el planeta Tierra en interacción con la actividad humana. Así planteada, esta cuestión ético-económica-ambiental en la sociedad contemporánea se resume en un sólo interrogante: ¿Cómo es posible conciliar un ambiente finito -en cuanto a recursos físicos disponibles y a su capacidad de ser contaminado- con necesidades y deseos humanos ilimitados? Esta pregunta y sus posibles respuestas recorrerán el contenido de la presente obra.
El desarrollo histórico de la humanidad se ha desplegado en torno a dos factores que son inherentes a la condición humana: la estrecha dependencia de la especie humana con el medio físico que posibilita la vida y del cual forma parte, y la necesidad de pertenencia de los individuos a una realidad que los abarca: la comunidad o sociedad. Este destino común de los seres humanos con el ambiente y la sociedad, se ve hoy desdibujado por el ejercicio irrestricto de la racionalidad instrumental económica en que los fines individuales o sectoriales colisionan con los de la humanidad en su conjunto, incluidas las futuras generaciones.
Los actos económicos, al requerir una cierta dotación de recursos naturales, en parte reproducibles y en parte agotables, originan una determinada asignación o apropiación de dichos recursos en el transcurso del tiempo, modificando asimismo el entorno ambiental. Desde el punto de vista de la evolución de la humanidad, se ven involucradas la generación presente -condicionada por las consecuencias ambientales de la actividad económica de las generaciones anteriores- y las generaciones futuras -condicionadas por las consecuencias ambientales de la actividad económica de la presente generación-. Este arbitraje temporal entre el pasado y el presente, por un lado, y entre el presente y el futuro, por el otro, para todo sistema económico global, cualquiera sea su grado de evolución, supone algún tipo de juicio valorativo -explicitado o no- en la racionalidad económica de los agentes, instituciones y sistemas. Hipotéticamente, tal arbitraje sería intrascendente en el supuesto de existencia de una dotación no finita de recursos naturales para una actividad económica sin impacto ambiental. No es el caso del planeta en que vivimos.
Conviene recordar que la actividad económica humana, desde la Revolución Industrial y en forma creciente, ha tenido, tiene y tendrá efectos desequilibrantes en el ambiente, planteando de esta forma un problema de ética intergeneracional: las futuras generaciones dispondrán de un planeta cada vez más degradado. Es que, si bien se mira, los cambios civilizatorios que se vienen sucediendo desde mediados del siglo XVIII conforman en realidad un cambio de era (Cfr. de Chardin, Teilhard, 1967, Parte III, cap. 3) del que no nos apercibimos si no tenemos presentes ciertos acontecimientos:
. Hasta hace apenas dos siglos y medio (los abuelos de nuestros abuelos) nuestra civilización estaba asentada básicamente en áreas rurales.
. La esperanza de vida al nacer no alcanzaba los 30 años.
. Sólo se conocía una única energía: el fuego.
. Aparte del viento (navegación a vela y molinos), existía una sola energía mecánica disponible en todo momento: los músculos.
Esta nueva era civilizatoria por la que aún atravesamos, significa que “estamos acabando de desprendernos de las últimas amarras que nos retenían todavía en el Neolítico” (Ibíd., citando al prehistoriador francés Henri Breuil). Es inmenso el progreso humano alcanzado en 250 años. Pero tiene un alto costo ambiental y no es éticamente neutral.
La toma de conciencia social e institucional a nivel mundial sobre las consecuencias ambientales de la actividad económica data apenas de unas décadas En la década del 70 se organiza la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente en Estocolmo (1972), se plantea la discusión en torno al Informe del Club de Roma (1972), se produce la crisis por aumento de precio del petróleo (1973) y surgen las primeras organizaciones no gubernamentales que fueron consolidando un movimiento de opinión y concientización ambientales. . Recién desde los 70, abundan las advertencias provenientes de diversos ámbitos -incluida la comunidad científica internacional- sobre el agotamiento de los recursos naturales no renovables, la contaminación ambiental, la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, etc. Resulta relevante esta relativamente reciente aparición de la cuestión ambiental en el escenario mundial ya que la historia del pensamiento económico hasta nuestros días -salvo excepciones no significativas- nunca reflejó debidamente al ambiente como objeto de estudio a pesar que constituye un limitante ineludible -hoy lo sabemos- en las discusiones del ámbito político y/o económico.
El concepto de racionalidad (en sentido lato: el uso de la razón en nuestros actos) será central en el desarrollo de nuestra investigación. Conviene recordar aquí que dicho concepto, explicitado o no, es inherente a la evolución de las ideas económicas. Tal como sostiene Julio H. Olivera (1999): “la relación entre economía y racionalidad constituye uno de los más antiguos problemas de nuestra disciplina”.
El contenido de la presente obra se divide en dos Partes; en la Primera, que podríamos calificar de discusión teórica, analizaremos los alcances y límites de la racionalidad económica según las principales ideas expuestas en torno a la concepción del problema económico. En este sentido, revalorizaremos el aporte de Aristóteles al pensamiento económico, inexplicablemente ignorado en los libros de texto estándar aunque justamente reconocido desde un clásico como Marx a un contemporáneo como Amartya Sen (Capítulo 1). Expondremos luego las ideas económicas y políticas de la etapa preclásica -desde los albores de la modernidad hasta los fisiócratas- y, finalmente, los clásicos de la economía, centrándonos en las ideas expuestas por David Hume y Adam Smith en torno a la naturaleza del problema económico (Capítulo 2). Como se verá, hay una cierta continuidad entre el pensamiento de Aristóteles y el de Smith, siendo a su vez este último, referente obligado de las corrientes de pensamiento contemporáneas. En el período histórico que va de Smith a los neoclásicos, por no hacer al objetivo de esta investigación Nuestro objetivo es analizar los alcances y las limitaciones de la concepción económica tradicional en relación a la cuestión ambiental y, asociadas a la misma, sus consecuencias éticas. Por tanto, tendremos que seleccionar –no nos proponemos elaborar una investigación sobre la historia de todas las ideas económicas- las principales concepciones de la economía que tuvieron vigencia con anterioridad al surgimiento de la actual corriente principal., no nos referiremos -aunque sí haremos alguna puntual alusión- a otras corrientes de pensamiento, tales como otros clásicos de la economía, el socialismo científico de Marx u otras corrientes críticas del pensamiento económico clásico ya que en ninguno de dichos casos se hallan elementos conceptuales que tengan que ver con nuestro objeto de investigación. En particular, la teoría marxista (al igual que la teoría económica estándar) externaliza el ambiente en cuanto a la descripción del proceso económico (Georgescu-Roegen N., 1971). Por último, en el Capítulo 3, expondremos los fundamentos de la concepción de la corriente principal en economía -así como sus limitaciones- en base a la aun hoy insuperable síntesis expuesta por Lionel Robbins en la década del 30 del siglo pasado, núcleo dogmático de los libros de texto introductorios de economía en todas las universidades.
En la Segunda Parte, de discusión práctica, argumentaremos a favor de una racionalidad valorativa de los fines económicos considerando los intereses de las generaciones futuras, en el marco de la degradación ambiental imperante y de la inexorable restricción de recursos finitos. El tiempo en la naturaleza y el tiempo económico tienen escalas diferentes; por otra parte, el arbitraje del tiempo en las decisiones económicas que involucran al ambiente, necesariamente afecta a las generaciones futuras; profundizaremos en dicho mecanismo y en sus implicaciones éticas en el Capítulo 4. Analizaremos en el Capítulo 5, la racionalidad imperante en el sistema económico global en cuanto a los efectos ambientales de su funcionamiento y sus implicaciones intergeneracionales. Expondremos en el Capítulo 6, una breve exposición del estado del mundo en cuanto al desarrollo humano, considerando aspectos distributivos de la riqueza material y, sobre todo, la cuestión de la apropiación actual de recursos naturales no renovables que afectan los intereses de las generaciones futuras. En el Capítulo 7, nos ocuparemos de los criterios asumidos en las decisiones tomadas por los agentes económicos en contextos de riesgo e incertidumbre respecto a escenarios futuros y de cómo dichas decisiones afectarán a las próximas generaciones, argumentando a favor de un replanteo epistemológico de la cuestión.
En la continuidad del análisis de la cuestión de los fines, presentaremos en el Capítulo 8 la visión de Charles Taylor y su propuesta de replanteo de los fines del accionar humano a partir del rescate del trasfondo moral de la racionalidad instrumental moderna. En cuanto a Peter Singer, se expondrá la pertinencia de una deliberación sobre los fines humanos a partir del conflicto entre los mismos en cuestiones ambientales con consecuencias éticas intergeneracionales. Por último, en el Capítulo 9, a partir del interrogante ¿Cuánto es razonable? o, si se prefiere: ¿Cuánto es suficiente? merecerán nuestra atención los problemas de la sustentabilidad planetaria intergeneracional y el de las necesidades y deseos humanos en un contexto de recursos finitos y disponibilidad de los mismos para los humanos que nos sucedan.
Editorial Universitaria de Buenos Aires/EUDEBA, primera edición, 2012
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
PRIMERA PARTE
ALCANCES Y LÍMITES DE LA RACIONALIDAD ECONÓMICA
Capítulo 1. El enfoque aristotélico del problema económico
1.1 Economía y sociedad
1.2 Valor de uso y valor de cambio
1.3 Economía y crematística limitada
1.4 Economía y crematística ilimitada
1.5 Aristóteles en cuestión
Capítulo 2. Antecedentes y desarrollo del pensamiento de Smith
2.1 La transición preclásica
2.2 La concepción económica clásica: Hume y Smith
2.2.1 De la división del trabajo al propio interés
2.2.2 Sobre la mano invisible
2.2.3 Frugalidad y acumulación
2.2.4 Benevolencia y egoísmo
2.3 Sumario: economía, ética y ambiente hasta los clásicos
Capítulo 3. La racionalidad formal instrumental
3.1 El objeto de estudio de la economía
3.2 La preferencia revelada
3.3 Ética, racionalidad y economía
3.4 Limitaciones de la concepción neoclásica
3.4.1 En cuanto al objeto de la economía
3.4.2 En cuanto a la preferencia revelada
3.4.3 En cuanto a la ética y la racionalidad
SEGUNDA PARTE
LA ECONOMÍA ACTUAL Y LAS GENERACIONES FUTURAS
Capítulo 4. Economía, ética y tiempo
4.1 La economía y los ritmos de la naturaleza
4.2 Las preferencias intergeneracionales
Capítulo 5. Racionalidad instrumental, sistemas económicos y ambiente
5.1 Maximización y ambiente
5.2 Cuestiones globales, soluciones globales
Capítulo 6. Racionalidad de los fines económicos
6.1 Estado del mundo
6.2 La cuestión de los fines
Capítulo 7. Riesgo, incertidumbre y generaciones futuras
7.1 Planteo del problema
7.2 El principio de precaución
7.3 Replanteo epistemológico
Capítulo 8. Ética, racionalidad instrumental y ambiente
8.1 Trasfondo moral de la racionalidad instrumental y replanteo de fines
8.2 Conflicto de fines, ética y ambiente
Capítulo 9. ¿Cuánto es suficiente?
9.1 Sustentabilidad y concepciones económicas
9.2 Necesidades y deseos
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
Anónimo "Economía, Ética y Ambiente (En un mundo finito)" [en linea]
Dirección URL: https://www.zonaeconomica.com/economia-y-ambiente (Consultado el 03 de Dic de 2024)