El PIB (Producto Interno Bruto) y la inflación están relacionados, pero afectan la economía de maneras diferentes. Un aumento rápido del PIB puede llevar a una demanda más alta de bienes y servicios, lo que puede generar inflación si la oferta no sigue el ritmo. Por otro lado, si el PIB crece lentamente o cae, la demanda disminuye, lo que puede reducir la inflación o incluso causar deflación. Además, cuando la inflación es alta, puede reducir el poder adquisitivo y frenar el crecimiento económico.