Ayer murió el célebre economista, Milton Friedman, estadounidense nacido en 1912, profesor que fue de la Universidad de Chicago y figura principal de la Escuela que lleva ese mismo nombre; generadora de largas promociones de los que en la jerga económica internacional se han denominado alguna vez, «Chicago boys», habiendo conseguido el Premio Nobel de Economía en 1976.
En la Windy City, Friedman trabó amistad con Friedrich von Hayek y, a finales del decenio de 1950 ambos consiguieron que se empezase a hablar de la citada Escuela de Chicago, como un foco de oposición al keynesianismo. En ese sentido, su libro Capitalismo y libertad (1962) fue una especie de biblia del neoliberalismo emergente. Luego, nuestro hombre se hizo notar ante la opinión pública por sus críticas a los controles de salarios y precios que Nixon estableció en el verano de 1971; para proteger al dólar, a pesar de lo cual éste fue declarado inconvertible en oro, debiendo ser devaluado por dos veces, para romper así el sistema monetario internacional vigente desde la década de 1940 al llegarse a los cambios flotantes.