Brasil:
Su economía está bastante sólida. Si bien el crecimiento ha disminuido su ritmo, desde 7% en 2010 a 2.5% en 2013 y 2014, no tiene recesión, como sí la tiene Argentina.
La desigualdad ha disminuido, lo que favorece a la economía.
No tiene un problema de inflación ni de déficil fiscal.
La principal amenaza es el estancamiento de los precios de sus productos exportables. El intervencionismo junto con el relativo bajo crecimiento y la apreciación del real, frena a las inversiones y no favorece el crecimiento. Existe una situación de descontento social.
Mexico:
Es la segunda economia latinoamericana después de Brasil. Es muy vulnerable a la situación de Estados Unidos, por esto, la situación de Estados Unidos en los años 2012 y 2013 afectó su crecimiento, sin embargo, se estima que en 2014 mejore.
Su flujo de divisas depende principalmente del petróleo y de los emigrantes a Estados Unidos. Este flujo cayó recientemente.
El desempleo es bajo y su tasa de crecimiento se estima en 3% anual
Argentina:
Se encuentra en una situación muy complicada. El sector público disfrutó durante años apropiándose de la renta agricola gracias a los altos precios de la soja y también por una altísima presión tributaria. El sector creció mas rápido que la economía, pero desde 2012 la financiación del déficit con emisión viene causando un grave problema de inflación (cercana al 40% en 2012). El superábit comercial cae y la demanda de pesos argentinos es muy baja. El Banco Central y diversos organismos intervienen en el mercado de cambios para evitar la depreciación brusca del peso, sin embargo, la caída de reservas es alta. Desde 2012 el crecimiento es negativo. Se encuentra una situación en la que las políticas expansivas no tienen resultado y se trasladan a la inflación.
Si bien la situación social es todavía estable, la proximidad de las elecciones presidenciales ponen en peligro aún mas a las finanzas públicas y a la situación económica general.